¡Qué bien, vamos a hacer amigos y aprender cosas nuevas!
Llega la separación madre e hijo. Vínculo que no sólo causa dolor al niño sino a la madre, igual o más. Será la primera vez que el niño salga de su mundo de seguridad donde ya ha adquirido un papel y se introduzca en uno nuevo lleno de niños como él.
¿Por qué hay que afrontarlo sin sufrir?, mejor dicho, ¿Cómo hacerlo?
Lo esencial, es ver que le transmitís esa situación cada mañana como una oportunidad alegre, la oportunidad de socializarse y de adquirir autonomía personal, que no significa dejar de querer a mamá porque aprenda por si mismo a moverse en otro entorno sin vosotras. Es la oportunidad de aprender a adaptarse a los cambios de la vida.
Vuestro hijo va a experimentar cambios en áreas como: la higiene, el sueño, rutinas, organización del tiempo y actividad, a relacionarse con sus iguales.... Y una buena manera de que él lo afronte mejor es contarle todo eso. A donde va, para qué, porqué y que beneficios le va a aportar mejor que estar en casa con mamá.
Enseñar a tu hijo no es aferrarte a él y cortarle las alas, es acompañarle creciendo y para hacerlo, hay que contarle no sólo como se vuela sino que paisajes se va a encontrar y lo mucho que tiene que valorarlos como algo muy positivo para él.
Como ya he dicho en otras entradas, cada niño es una persona diferente, con unas emociones y unos ritmos determinados. 2 mellizos, como mis sobrinos, llegados el momento no afrontarán probablemente del mismo modo la situación y ahí está lo bonito, que cada uno de nosotros somos únicos.
¿Que puede generar esta nueva situación en el peor de los casos?
- Alteración en la alimentación
- Alteración en el sueño
- Ansiedad por separación
- Miedo
- Conductas agresivas
- Conductas de rechazo al maestro
- Conductas de aislamiento y lloros
En cualquiera de los casos anteriores, por muy duros que parezcan, son normales, y quizá en algún momento del principio de adaptación los sientan.
Importante: Tomarlo como algo natural y transmitírselo así a vuestro hijo, no acudir a la guardería a recogerlo como salvadores de un horror vivido, sino al contrario, quitando importancia y reforzando las conductas positivas. No hay que ignorar que vuelva llorando pero sí, evitar la sobreprotección y atención en ese episodio. Minimizar la importancia, cogerle la mano, darle un beso pero no abrazarle como si necesitase vuestro refugio y estuvierais alejándolo de hombre del saco.
Si tú transmites temor, él sentirá temor, si tú transmites preocupación y ansiedad él sentirá lo mismo, así que ayúdale a afrontarlo de forma sana.
En caso de que se prolongases esos síntomas negativos consultar el caso particular a un psicólogo lo antes posible para evitar que desarrollen aversión a la escuela. Aquí, en Consulta vía email también lo puedes hacer.
- Sería bueno que le dejaseis y recogieseis vosotras en la guardería.
- Que vuestra despedida a pesar de los lloros posibles sea con seguridad y alegría, que no piense que si protestara cabría la opción de evitar esa situación.
- Evitar siempre mentir: como frases típicas: <<ahora vengo>>.
- Evitar siempre el chantaje emocional: <<si lloras mamá se pone triste>>, no caer en lo negativo, utilizar frases positivas.
- Hacer las despedidas cortas.
- Si al recogerlo llora porque no se quiere ir de la guardería no es motivo de angustia para vosotras, es muestra del cambio, del proceso de adaptación, no penséis más allá.
Es un primer reto de equipo que vais a compartir tu hijo y tú, ¡¡D i s f r ú t a l o!!
Ofrece lo mejor de ti, ¡Hasta mañana!